miércoles, 15 de agosto de 2007

EN LOS ANDENES


LA CULPA ES DE LOS TRENES

La culpa es de los trenes, de su grito
consolador, perdiéndose en lo oscuro,
quién sabe si del viaje hacia el futuro
vendré con menos hambre de infinito.

Me siento en el andén de lo marchito,
desnudo y sin visados. Me aventuro
a abordar un expreso prematuro
a falta de ese tren que necesito.

Del beso desengancho tus vagones
y escapan asustados, y en la vía
derraman sin querer mis ilusiones.

En nuevo tren, ajeno a mi avería,
me marcho tras dejar tus estaciones
con un pasaje rumbo a la alegría.

TADEO

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