MAR ADENTRO
Soñamos ese cuerpo que nos arde
cual fuego redentor en plena orgía,
soñamos una luz en agonía
bajo el soplo caliente de la tarde.
De nada va a servir que Dios nos guarde
de los turbios negocios del que envía
después de tanta lluvia, la sequía
valiente en su andares de cobarde.
Yo soy la gota alada, el aguacero,
el oro cristalino en flor de lodo
opuesto al oro falso del dinero.
Y tú, vientre del mar, pero de un modo,
inútil de explicar, donde me muero
y busco mar adentro mi acomodo.
TADEO
4 comentarios:
Tu soneto es una delicia, Tadeo. El ritmo, la armonía de los versos, la pasión que se desgrana segura y artera... un conjunto que resulta maravilloso.
Un beso grande, querido amigo.
Querida Liliana:
Muchas gracias por tus lindas palabras. Qué bueno que este soneto te haya gustado. Besitos:
Tadeo
Hacía mucho que no le leía compañero, y cada día es usted más y más maestro.
Un abrazo.
Gracias, Enrique, por dejarme tu comentario. Ya ves que mi blog de poesía es un páramo. jejeje. Un abrazo:
Tadeo
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