REINA Y REY
Cuando el sol con pesar su rostro inclina
vence la noche y a la vez la tarde
se marcha a su escondite cual cobarde
encendiendo un farol en cada esquina.
Es acto natural y es disciplina
que el astro de los astros, sin alarde,
renuncie a su corona y que se guarde
detrás del horizonte al que camina.
Pero si el sol la oscuridad declina
habrá quien halle en su misterio suerte
de manera silente, sibilina.
Y antes que el rey de su dormir despierte
la luna como reina se haga fuerte
por orden celestial, por ley divina.
TADEO
Cuando el sol con pesar su rostro inclina
vence la noche y a la vez la tarde
se marcha a su escondite cual cobarde
encendiendo un farol en cada esquina.
Es acto natural y es disciplina
que el astro de los astros, sin alarde,
renuncie a su corona y que se guarde
detrás del horizonte al que camina.
Pero si el sol la oscuridad declina
habrá quien halle en su misterio suerte
de manera silente, sibilina.
Y antes que el rey de su dormir despierte
la luna como reina se haga fuerte
por orden celestial, por ley divina.
TADEO
2 comentarios:
Bello, armonioso y sentido, como siempre querido Tadeo. Es un verdadero placer pasearme por los versos de tus sonetos.
Utilicé esta hermosa imagen hace un tiempo en unas décimas espinelas llamada "Romance del Sol y la Luna". Coincidimos una vez más.
Un cariño grande.
Querida Liliana:
Gracias una vez más por dejarme tus palabras, siempre tan lindas y sentidas. Me alegra mucho que este soneto te haya gustado. Besitos:
Tadeo
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