jueves, 23 de octubre de 2014

EN VANO FUI LA LLUVIA


EN VANO FUI LA LLUVIA

No estaba en nuestro surco la semilla,
en vano fui la lluvia amontonada
regando con fervor la equivocada
y estéril residencia de la arcilla.

De pie junto al sembrado, en una orilla,
plural en mi esperanza roturada,
estaba yo pendiente de la nada
como Adán aferrado a su costilla.

Poniendo como Dios, la otra mejilla,
de cara al sol estuve inútilmente
sin doblar ni un instante la rodilla.

Y el árbol de tu cuerpo y de tu mente
jamás parió, frutal, su maravilla,
por no estar bajo tierra la cimiente.

TADEO

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