martes, 25 de marzo de 2014

AGUACERO



AGUACERO
                    
Llover o no llover, incertidumbre
del agua que al incendio lo castiga,
y deja sin arder, en su fatiga,
al leño custodiado por la lumbre.
 
Pensando en tus amores hacer cumbre
escalo por tu cuerpo, con la intriga
de ver si este aguacero, o me fustiga,
o deja en mí la paz de la costumbre.
 
Y luego de la lluvia, convertido
en polvo de ceniza, en humo fuerte,
me duermo en un rincón de tu latido.
 
No importa que algún chorro me despierte.
De tanto chaparrón anduve herido,
que si empieza a llover, será una suerte.
 
TADEO

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