NEVANDO
Dos pasos más allá pondrá el invierno
su blanca bendición, su manto helado,
cuando mi cuerpo empiece a ser sagrado
como un río que escapa hacia lo eterno.
Nevando, está nevando y se hace tierno
mirar hacia lo lejos, extasiado,
y allá en el horizonte, en mi pasado,
alumbran las hogueras del infierno.
Helada está la flor, y está la fuente
rendida al hielo cuando ayer brotaba
de su interior el vino transparente
que tanta sed de todo, en mí saciaba,
y hoy, contemplo la nieve incandescente
quemando el alma cuando todo acaba.
TADEO
Dos pasos más allá pondrá el invierno
su blanca bendición, su manto helado,
cuando mi cuerpo empiece a ser sagrado
como un río que escapa hacia lo eterno.
Nevando, está nevando y se hace tierno
mirar hacia lo lejos, extasiado,
y allá en el horizonte, en mi pasado,
alumbran las hogueras del infierno.
Helada está la flor, y está la fuente
rendida al hielo cuando ayer brotaba
de su interior el vino transparente
que tanta sed de todo, en mí saciaba,
y hoy, contemplo la nieve incandescente
quemando el alma cuando todo acaba.
TADEO
2 comentarios:
Hermoso y nostálgico soneto, querido Tadeo. El pasado se quedará por siempre allí mismo, en nuestro recuerdo, pero es el presente el que seguirá forjando futuros. Nada se acaba, todo se multiplica con el conocimiento que ese pasado nos ha regalado.
Un beso muy grande.
Querida Liliana:
Muchas gracias por todo. Siempre es un placer contar con tus palabras en mi versos. Besitos:
Tadeo
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