sábado, 12 de marzo de 2011

CUATRO GOTAS


CUATRO GOTAS

Cuatro gotas y luego todo el llanto
moja el rostro que cuelga de la acera,
diluvio a discreción de cada esfera
cayendo pertinaz, de tanto en tanto.

Refugio de la lluvia fui, y de cuanto
oscuro pensamiento en clara espera,
y al ver en tu mirar la primavera,
comprendí, de esperar, el triste canto.

Cuatro gotas ardientes, milagrosas,
de cada lagrimal bebí en tus ojos
como si fueran, tus pupilas, rosas.

Y fueron secundados mis antojos
cuando al verme llorar, cual mariposas,
volaron hasta mí tus labios rojos.

TADEO

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