
LAS PELOTAS
Jugando en Loterías del Estado
el oro, la paciencia y la alegría,
soñé que aquel domingo me vería
por fin un millonario, un potentado.
Jamás viajó la suerte de mi lado
por el Parque Central o la Gran Vía,
mas, siguiendo mi sueño apostaría
esa tarde el dinero trabajado.
Llegué a casa pendiente de la tele,
sabiendo mis opciones bien remotas.
La fortuna pasó tal como suele
pasarse casi siempre, con mis rotas
ilusiones perdidas. ¡Cómo duele
que no quieran tocarte las pelotas!
TADEO
Jugando en Loterías del Estado
el oro, la paciencia y la alegría,
soñé que aquel domingo me vería
por fin un millonario, un potentado.
Jamás viajó la suerte de mi lado
por el Parque Central o la Gran Vía,
mas, siguiendo mi sueño apostaría
esa tarde el dinero trabajado.
Llegué a casa pendiente de la tele,
sabiendo mis opciones bien remotas.
La fortuna pasó tal como suele
pasarse casi siempre, con mis rotas
ilusiones perdidas. ¡Cómo duele
que no quieran tocarte las pelotas!
TADEO