
RAMALAZO
Látigo va sobre la piel del viento
movido por el peso de mi brazo,
dejando en el silencio un ruido, un trazo,
que me descubre, en mi bondad, violento.
Tan sólo es un instante, es un momento,
donde el amor por el amor rechazo,
un agujero negro, un ramalazo
una gota de muerte que alimento.
Yo mismo soy la paz y el armamento,
el rostro del verdugo y el que implora
clemencia y salvación en vano intento.
Yo mismo, el que fustiga y el que llora
cuando siente el dolor ir en aumento,
el que odiando y odiando se enamora.
TADEO
6 comentarios:
Intenso, doloroso, bien medido como siempre, poeta. Un abrazo.
Aaaaaaah, los trucos del amor, Tadeo querido, nos dan vuelta como quieren, tanto que a veces nos hace sentir culpables hasta cuando no lo somos...
Bellísimo e impactante.
Besos, amigo mío.
Todo está en uno y como tal, uno se crea su mundo. Somos nuiestro mejor y peor amigo.
Qué belleza de soneto reflexivo...
Querido Fernando:
Muchas gracias por acordarte siempre de pasar por mi espacio a leer y dejarme tus comentarios. Me alegra mucho que este soneto te gustara. Un abrazo:
Tadeo
Querida Liliana:
Tal vez sea eso que dices, que no somos culpables del todo o si lo somos, ocurre durante un espacio tan breve que apenas cabe en un soneto. Besitos:
Tadeo
Querida Ananda:
Siempre es un placer contar con tu visita y tus palabras en mis textos. Te mando muchos besitos:
Tadeo
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