DONDE ANTES ERA EL RÍO

DONDE ANTES ERA EL RÍO

Donde antes era el río, está cantando
la dama de la lágrima indivisa,
mi mano le sostiene la sonrisa
y el eco de su voz me está matando.

Me quiero resistir y más me ablando,
y como en escapar no tengo prisa
la beso y ella misma es quien me avisa
que ayer mi juventud se fue volando.

Donde antes era el río, bajo el puente,
el llanto de algún pez, de mí se apiada
y endulza más el agua en la corriente.

En tanto, la presencia endemoniada,
me invita a que le entregue cuerpo y mente,
diciendo que es el fin de mi jornada.

TADEO

VAMPIRO

VAMPIRO

Rendida por el peso de tus alas
dormitas en el fondo del espejo
y el sueño se refleja, y su reflejo
es lumbre que a mi sombra le regalas.

Te muerdo, pero en sueños te resbalas,
te escapas del frenético cortejo,
y yo, sobre tu piel, la piel me dejo,
queriéndote a las buenas o a las malas.

Alguno va a morir en la refriega
y no voy a ser yo, que me resisto
al dolor de tu sangre que se entrega

que tiembla en cada gota que conquisto,
que nubla la conciencia y que la anega
en esas noches en que niego a Cristo.

TADEO

ES LA LOCURA

ES LA LOCURA

Es la locura que en jirones llega
como un barco fantasma al descubierto
que abandona el vaivén del mar abierto
y el cofre del delirio me lo entrega.

Atraca en la cordura y la doblega,
y cuando ve que mi salud ha muerto,
enrumba, viento en popa, a nuevo puerto
hambrienta de aventura, manca y ciega.

Un holocausto la locura aviva.
Se lanza al abordaje y yo la escucho
como a una flor de destrucción masiva.

Me entrego prisionero, ya no lucho,
la dejo, por mi bien, la iniciativa
cuando empieza la vida a doler mucho.

TADEO

LA HUELLA DEL DOLOR

LA HUELLA DEL DOLOR

Por la cara llorosa de la luna
la que no ves, aunque le des al cielo
un trozo de los panes del desvelo,
anduve tras el pez de la fortuna.

La huella del dolor sobre la duna,
borrosa iridiscencia, fue el consuelo
que puso mi esperanza contra el suelo
en medio de la noche inoportuna.

Las horas y la fe, se van volando.
Qué rayo redentor vendrá con prisa
a hacer sus malabares de este bando.

Si el Dios de la canónica sonrisa
por más que su palabra vaya a misa
lo siento en mis entrañas sollozando.

TADEO

LA LUNA ME PIDIÓ

LA LUNA ME PIDIÓ

La luna me pidió que la conquiste
buscando de mi amor una sonrisa
y toca, cuando el alma lo precisa,
la puerta a un corazón que ya no existe.

Insiste cada noche, insiste, insiste,
y sufro, pues la arenga que improvisa
me llega tan ardiente y tan sumisa
que espanta en mí el placer de lo más triste.

La luna con mi cuerpo fantasea
y sueña que en el cielo de mi boca
mi lengua la persigue y la rodea.

La toco como nadie más la toca,
y el mar que vibra en mí y que la provoca
despierta cuando sube la marea.

TADEO

VAGABUNDO

VAGABUNDO

agradecido como un perro
Rafael Alcides.

Un perro tiritando en la escalera
le dio la bienvenida al vagabundo
llorando entre las flores de lo inmundo
la noche que dijiste que me fuera.

Tal vez el animal lo presintiera,
apenas con mirarnos un segundo
sentimos a la vez aquel profundo
flechazo que el amor nos concediera.

Juntamos las desdichas ilusorias
de las almas atadas al destierro,
vagando nos contamos mil historias.

Obscura es la pasión donde me encierro,
más, de hallar el amor en las escorias
estoy agradecido como un perro.

TADEO