POR UN BESO

POR UN BESO

En la ciudad de las divinas rosas

tengo escondido un faro y un vigía,

una astilla de sol, una alcancía

una barra de labios para diosas.

La flauta de la luna, las graciosas

sandalias del bufón de la alegría,

las horas de un reloj de fantasía,

un barco de papel, dos mariposas.

Si quieres conocerlo, ven conmigo.

Tendrás a mis tesoros libre acceso

si juras conservarme como amigo.

Acaso pensarás que es un exceso,

pero no te sorprendas si te digo

que todo te lo cambio por un beso.

TADEO

MIS MANOS TE DIRÁN

MIS MANOS TE DIRÁN

Mis manos te dirán de dónde vengo
con toda la inocencia desgarrada.
Del templo del placer salí sin nada,
tan sólo este sudor del que me abstengo.

Yo quiero lo que nadie quiere, y tengo
la muerte por esposa, y alquilada
la noche en la que vuela en desbandada
mi vida que se escapa y no retengo.

Oscuras son las artes del que intenta
borrar de sus falanges el delito
de jugar con la flor que se alimenta

del golpe de otra piel, y busca el grito,
y no se queda quieta ni contenta
hasta verse flotar en lo infinito.

TADEO

AMOR DE VERANO

AMOR DE VERANO

La escultura viviente que se anuda
al brazo del viajero en su regreso,
demora la partida, y ex profeso,
le pide entre sollozos Dios y ayuda.

Aquél con la mirada la desnuda,
sus labios imprudentes de sabueso
despiden a la diosa con un beso
lanzado en beneficio de la duda.

Aquella muchachita provinciana
que entregó en holocausto sus anhelos
no sabe si la toman por liviana

o si le satisfacen sus desvelos
al hombre que ha pasado por la aduana
camino del infierno de los cielos.

TADEO

EL LOBO DEL AMOR

EL LOBO DEL AMOR

El lobo del amor yace dormido
detrás del manantial de la colina,
adviertes su presencia repentina
marcada por el eco de su aullido.

Aquel que fatalmente o por descuido
al encuentro del lobo se encamina,
no puede predecir, ni se imagina
que poco durará sin ser mordido.

Y en caso de encontrarte despistado
en brazos del fatídico animal,
cuidado con su instinto criminal

que más de un corazón ha destrozado.
Mas, digo: "no te apures demasiado,
que el lobo del amor te muerde igual".

TADEO

MI CUERPO

MI CUERPO

Mi cuerpo es esa presa que te apresa
cuando callan las voces, y al conjuro
sumamos, yo un relámpago maduro
y tú, lo que el relámpago atraviesa.

Mi cuerpo es tu espesura más espesa,
es polvo, y a la vez, es del futuro
la llama principal, donde procuro
quedarme yo poseso y tú, posesa.

En noche de ceniza tú pediste
condenarte en mi fuego palpitante
al centro de esa hoguera que no existe

no más que en la ilusión, y de ese instante
quedó, junto a las pruebas del embiste,
mi cuerpo más dispuesto a ser tu amante.

TADEO

MIRANDO AL MAR

MIRANDO AL MAR

(A Alfonsina Storni)

En la estación donde el azul germina
en mi flor principal, alguna estrella
errante y solitaria deja huella
allí donde la mar se arremolina.

De tal muerte, mi muerte repentina
se agita en avalancha, se atropella,
y las cartas de amor de mi botella
recalan en los brazos de Alfonsina.

¡De qué manera inútil desfallece
la inquietud del rosal en tus espejos,
de qué manera el alma se estremece

cuando mirando al mar, en sus reflejos,
tu rostro taciturno se aparece
diciendo que el Amor está tan lejos!

TADEO

BESOS

BESOS

Serán como de miel los vespertinos
conciertos amorosos de tu boca,
la tarde placentera será poca
razón para tus besos sibilinos.

Serás media naranja y dos caminos,
refugio de mi lengua que te toca,
tendré presa de amor tu imagen loca
mordida en sucesión de alejandrinos.

El beso largamente deseado,
ritual generador de la ambrosía,
dará la absolución al condenado

y fuerza a quien en este mediodía
amansa un corazón enamorado
besando a una mujer de fantasía.

TADEO

NO VUELVAS

NO VUELVAS

No vuelvas a decir que compañía
mis ojos no acarician, que no quiero
gastar en vanidades el dinero,
que soy el inventor de la sequía

del alma, por seguir mi travesía
surcando los abismos del tintero.
No vuelvas a decir que si severo,
que si tal o más cual, en letanía.

Lo juro, soy feliz, no existe nada
que pueda seducirme más que Apolo
brindándome su musa más preciada.

Que soy un aburrido, que no molo,
no lo repitas más, ¡tan desalmada!
No vuelvas, Soledad. ¡Déjame solo!

TADEO

INCONCLUSA

INCONCLUSA

Inconclusa mujer que de su suerte
fabrica un hilo fantasmal y vano
y que lleva en la palma de su mano
escrito pena, soledad y muerte.

Mujer equinoccial y sin verano
que se pone a llorar y que por eso
ha mojado las huellas de aquel beso
que nos dimos saliendo del pantano.

Y despeina la sombra en su mirada
al tiempo que bendice la tibieza
con las aguas sutiles de la nada.

Mas, poniendo la mía en su fijeza
le he dicho yo: -tú puedes ser amada,
y ella dijo: -yo soy de esta tristeza.

TADEO