ROSA
Pensando en el milagro de la rosa,
en su magna presencia, en su figura,
un instante de vida que se apura
para luego marcharse indecorosa.
La reina de las flores es dichosa
aunque sufra el acoso, la censura
del viento que, celoso, la tortura
y el sol que entre sus pétalos se posa.
La lluvia con sus lágrimas presume
de darle en bendiciones cristalinas
el néctar de los cielos que consume.
Y cuando su ornamento yace en ruinas
un poco más se queda su perfume
lo mismo que el dolor de sus espinas.
TADEO
2 comentarios:
Ahh, que bello este poema a la rosa. Preciosa captaste su aroma, su forma y belleza y esencia, su su breve pero milagroso paso .. Como perdura más su aroma cuando se marchita y su espina se queda cuando se va. Un placer, Tadeo.
Gracias, Ángela, por tus palabras. Me alegra mucho que este soneto te gustara. Besitos:
Tadeo
Publicar un comentario