CARNE FUGAZ
Ni el nombre ni la edad le dejó impreso,
alguna dirección mencionaría
al hombre que en su mente se extravía
y no encuentra el camino de regreso.
Tan sólo en el recuerdo vive preso
un rostro, una mirada que lo espía
desde un rincón oculto en la sombría
habitación astral del embeleso.
Tanta carne fugaz le puso al beso
que a su alcoba se alista cual recluta
y desploma a sus pies el alma en peso,
sin saber que cortada está la ruta
al dulce sueño en que mordió, poseso,
aquellos labios con sabor a fruta.
TADEO
2 comentarios:
Saludos Tadeo, jejeje cada vez que leo tus poemas confirmo esa grande habilidad que tienes (: me gustó mucho este poema.
Que tengas buen día.
Gracias Cecilia, por tus lindas palabras. Me hace feliz verte por aquí leyendo y comentando y también, que te haya gustado este soneto. Besitos:
Tadeo
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