sábado, 20 de febrero de 2010

EL CANTO DEL DOLOR


EL CANTO DEL DOLOR

No es que detenga su inminente filo
la muerte, ante mi voz o ante mi llanto,
ni que quiera beber el desencanto
del vino o de la sangre que destilo.

Ni Eurípides, ni Sófocles ni Esquilo
cantaron al dolor como yo canto,
ni saben de qué tumba me levanto
pidiéndole a la vida nuevo asilo.

Más sola está la noche sin su luna,
y yo, que luna tuve inexistente,
comparto su famélica fortuna.

Y ante el ojo por ojo del presente,
bendigo el alimento del que ayuna
sin odio y sin rencor, diente por diente.

TADEO

lunes, 8 de febrero de 2010

YO QUIERO RENACER


YO QUIERO RENACER

Yo quiero renacer como las olas
y hablar de mi delirio a las estrellas,
yo quiero en el placer dejar mis huellas
lo mismo que en el mar las caracolas.

Yo quiero, a donde están las almas solas,
volar para, entre todas las doncellas,
robar las más impúdicas y bellas,
besarlas como el viento a las farolas.

Yo quiero ser el sol y ser el dueño
de la esquina del mundo a donde acude
la luna a remendar la piel del sueño.

Pedirle, por favor, que me desnude
de tanta soledad, pues fue mi empeño
dar mi cuerpo al amor, pero no pude.

TADEO

sábado, 6 de febrero de 2010

TEMBLORES


TEMBLORES

El túmulo o temor donde me oculto
del soplo de su piel mordaz, obscena,
empieza a desnudarse de la arena
dejándome indefenso e insepulto.

Aliento sobre aliento, en el tumulto,
temblar parece la caricia ajena,
un rostro por persona, una docena,
por cada niño que se vuelve adulto.

Desde este promontorio escurro el bulto
y mi respiración, a arder en frío
dedico, y cuanto menos dificulto

el paso a mis demonios, y confío
en que Dios no se tome como insulto
que yo, en vez del amor, le haga el vacío.

TADEO