PENSAR EN TI
Pasa tu nombre y en el viento queda
un rostro con el brillo del diamante
para luego, marcharse tu semblante
levantando una extraña polvareda.
Yo quisiera impedir que me suceda,
no verte, carne impúdica y radiante,
hacer de mi existencia un barco errante
que nunca a viejo puerto retroceda.
Cuántas veces mis manos fueron nidos
o cuencos para el llanto que se inmola
negando tu existencia a los sentidos.
Cuántas veces la mente, en su redola,
regresa desde del mar de los olvidos
soñando que estás triste y que estás sola.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario