NO
ME BUSQUES
No
me busques debajo de la alfombra,
mi nombre
no ha llegado todavía
a
ser, y si por fin llegara el día
voy
a ser el primero que se asombra.
Usted
que ya se sabe y ya se nombra
por
Pedro, por Jesús o por María
perdone
por no ser, por la anarquía
de
ser un ser sin luces y sin sombra.
Tan
sólo soy del alma indivisible
el sueño
en su razón, el verbo roto,
el
puede en el quizás de lo posible.
Por
eso, aunque presientas, fiel devoto,
la
grieta en el cristal de lo invisible
no
quieras darme voz ni darme voto.
TADEO
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