DIVINO
TESORO
Tesoro
que de mí te estás marchando
en
busca de otras pieles y te ufanas
en
echarme a morir sin tener ganas
quién
sabe bien por qué, quién sabe cuándo.
Qué
hueso soñador te está esperando
con costumbres
cortantes, por lo sanas,
sin
la nieve incesante de las canas
ni
la carne senil, ni el rostro blando.
Ayer
cuando mi vida era un infierno
me diste
para suerte de mi suerte
el
cuerpo entre los cuerpos el más tierno.
No
te puedo engañar ni retenerte
mi
destino es mortal, el tuyo eterno
tu
vida has de vivir y yo mi muerte.
TADEO
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