DESTINO
Arrancaste
mi soledad de cuajo
cuando
yo más devoto me sentía
del
sueño en soledad, y en compañía
del
diablo y de su negro escarabajo.
No
sé si fue el destino quien te trajo
porque
sé que el destino se desvía,
en
la noche desértica y sombría
mi muerte
con tu vida se distrajo.
Yo
mismo, del sendero, gris, ausente,
me encontré,
pie descalzo, en el camino
gemelo
al del amor, y en su corriente
me he
vuelto de tu cuerpo en inquilino,
y
tienes en el pueblo de mi mente
un
pozo de agua dulce y un molino.
TADEO
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