CRUDO
INVIERNO
El
germen diamantino, a borbotones,
corrió
mientras las mansas estaciones
bañaban
las fontanas a su suerte.
Pero
su andar se endureció y no vierte
el
líquido cristal sus santos dones
las
aves sus devotas abluciones
suspenden
bajo el manto de lo inerte.
Un ave
de otras tierras, sus regiones
el
verano en desérticas convierte,
quiso
echarse a volar sin precauciones
tal
vez porque el peligro le divierte
el
agua convirtió en sus obsesiones,
llegó
nevando y encontró la muerte.
TADEO
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