VALS
SOBRE LAS OLAS
Las
olas junto al mar, de mi tristeza
se
apiadan, y a la vez, con su bramido
me
cantan como a un barco que se ha hundido
un
himno que hace bien a mi cabeza.
De
amores sin la mínima certeza
mis
manos en la arena fundan nido
y
cavan barricadas al olvido
allí
donde a encallar la mente empieza.
El
sol por zambullirse dobla el paso
detrás
del horizonte cual bautista
que
impone el protocolo del ocaso.
La
tarde dice adiós, o hasta la vista,
y yo
le digo adiós, y ante el fracaso,
la
noche me hace suya y me conquista.
TADEO
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