UNA
Y MIL VECES
Maldigo
una y mil veces la alegría,
si
viene acompañada del empeño
de intentar
ser tu esclavo o ser tu dueño
en
un acto de lesa valentía.
Igual
que Dios, celeste, trajo el día
y
estrellada la noche para el sueño,
trajo
al mundo, entre cándido y risueño,
tu
cuerpo y su endiablada anatomía.
Humanas
tentaciones engañosas
afloran
si desnudas las mujeres
son
bellas como diablas, como diosas.
Aunque
el cuerpo te empuje a los placeres,
pensar
con devoción en santas cosas
te
ayuda a rechazar lo que no quieres.
TADEO
2 comentarios:
De nuevo disfruté de sus poemas, es como una caja de sorpresas, este me deja un poco en contradicción, jejejejj. Reciba mis más atentos saludos
Gracias, Alfonso, por pasar a dejar tu huella en mi desierto poético, en mi pequeño oasis de ternura. Siempre un placer. Un abrazo:
Tadeo
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