MANTRA
No
digas que mi cuerpo está maldito
ni
que a algún dios resultará violento
el
mantra que en las noches condimento
con
las sales del mar de lo infinito.
Tan
sólo a los silencios me remito
que tengan
en la miel de su argumento
el
gusto natural de estar atento
y
libre en el instante en que medito.
Descubro
lo que alegra y lo que enfada
en su
fuero interior a las deidades
del
Cielo y del Infierno en la mirada.
El
mundo es unidad de dos mitades
y en
virtud del amor o de la espada
lo mismo paz habrá que tempestades.
TADEO
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