LÁPIDAS
En
los años de miel, cuando era un niño,
vi a la abuela marchar y no sabía,
que nunca
más su blanda compañía
nos
iba a dar la paz de su cariño.
La
muerte le hizo trampas, le hizo un guiño
buscando
congelar su sangre fría,
cegada
ante el misterio no vería
la luz
que entre las tumbas escudriño.
La
oscuridad del mundo nos arredra
y en
lápidas me oculto y desenredo
las
piernas y los brazos de la hiedra.
Poniéndome
a resguardo me concedo
fundirme
en un abrazo con la piedra
sin
ver que a ella también la mata el miedo.
TADEO
1 comentario:
Muy hermoso... Saludos
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