LÁGRIMAS
Jamás
el fuego de tus ojos tanto
brilló
con la imprudencia de una estrella
al
final de la impúdica querella
que
puso entre los dos un mar de llanto.
Diabólica
obsesión de hacerme santo
de ser
en tu ilusión el que descuella
dejando
a flor de piel mi oscura huella
y el
mármol con la cruz del desencanto.
El
salto de la angustia en tu mirada
al
irse mi garganta de sus nudos,
fue
toda tu respuesta y la cascada
silente
de tus dardos puntiagudos
dejaron
a mi piel acribillada
en
medio del fragor de los desnudos.
TADEO
2 comentarios:
Muy bellas letras, amigo poeta.
Gracias, Sofía Cor por tus palabras. Un placer compartir contigo mis versos. Besitos.
Tadeo
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