LA RUEDA DEL DESTINO
Alguna relación insospechada,
un nudo en los extremos de la suerte,
enlaza al que se funde con la muerte
y al ángel que a la vida pide entrada.
El cuerpo ya difunto, en retirada,
tal vez con el silencio se despierte,
y mientras el pequeño se hace fuerte,
se vuelve más nubosa su mirada.
Un círculo cerrado, clandestino,
que va del que a la luz abrió la puerta
al que ha visto truncado su camino.
De nada va a servir estar alerta,
es Dios el que demanda y el que oferta,
y el dueño de la rueda del destino.
TADEO
2 comentarios:
Sin comentarios porque no hay palabras. Sublime¡¡
Gracias, Odín, por tus palabras, por tu presencia y tu luz. Besitos
Tadeo
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