ESPECTRALES
Inmóvil, no responde, no respira
mi cuerpo en el instante en que rebasa
tu sombra las paredes de mi casa
y dulce es el aliento del que expira.
Tu espectro, bailarina, gira y gira
al centro de mi sueño y se nos pasa
el tiempo, y se hace eterno, o se retrasa
desde la ingravidez del que te mira.
Tu imagen, de la noche, en los encajes
se mezcla con las olas del sonido
cual magia de sutiles engranajes.
Y en medio del onírico fluido
levito en la quietud de los celajes
y caigo, y cuando caigo, ya te has ido.
TADEO
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