CAMINO
Con los pies en las nubes y el oído
atento a los susurros del invierno
marchando voy camino de lo eterno
cual tantos inmortales que se han ido.
No es que haya amargamente padecido
un ambiguo dolor de nombre alterno,
ni el mar vino a morir al rostro tierno
ni muerte di a las flechas de Cupido.
Yo soy el inocente, el ciervo herido
que adiós dijo a las armas, a ese cuerno
creciéndome en la mente sin sentido.
El viaje al más allá siempre es interno,
tan sólo has de encontrar lo que está hundido
al centro de tu Cielo o de tu Infierno.
TADEO
2 comentarios:
Esta poesía me pone a pensar mucho :O
Saludines y besos Tadeo.
Gracias, Cecilia por tus palabras y tu visita. Siempre es un placer tenerte por aquí. Besitos.
Tadeo
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