TRINO
Mudo contemplo el interior sonoro
del canto de las aves cual si fuera
de mi existencia la estación primera
calmando el holocausto de mi lloro.
Con gracia celestial al viento el oro
de mil gargantas en celeste esfera
derriban de los sueños la pradera,
y de su voz desnuda me enamoro.
El cupo en mi ventana, el triste aforo
que puedo yo ofrecer a la que quiera
sumarse a la plantilla de este coro
abierto suele estar, y más le abriera
de par en par a Dios la cristalera
para hacer de su trino mi tesoro.
TADEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario