EN
LA CORRIENTE
Me
lanzo sin pensar en la corriente
del
río, cuando empieza a hacerse vieja
la
tarde, y sin la sombra de una queja,
me
siento sin recuerdos y sin mente.
Soy
el bulto que cruza bajo el puente
cuando
el sol en las aguas se refleja
y
pide al cielo gris que lo proteja
del que
flota a su lado indiferente.
Detrás
quedó el abismo, la pendiente,
y preso de ese mar que me corteja
me siento más amado estando ausente
y libre de enredarme en la madeja
del mundo que nos mata, que nos miente
y de la vida eterna nos aleja.
TADEO
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