EL
ARMA DE TU PIEL
Si
tu piel se dispara o por lo menos
quiere
verme morir violentamente,
lanzando
sobre el techo de mi mente
una
lluvia de rayos y de truenos.
Si
no sabes poner a tu arma frenos
ni a
tu fuego interior, y dulcemente,
conviertes
mi estatura en sol naciente
quemándome
las manos con tus senos.
Al
menos, dale al alma algún resquicio
si desnudo
la vida la perdiera
rodando
por tu vientre al precipicio.
Que
alcance de los cielos la ribera
y
abandone este cuerpo muerto en vicio
un
instante después de que te quiera.
TADEO
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