LIBROS
ROJOS
Qué le
preguntas a mis libros rojos.
Nunca
fuiste la carne que suspira
ante
el grito sangrante de la lira
ni endulcé
con mis versos tus antojos.
Cual
ave carroñera entre despojos
me muerdes
y el cadáver que te inspira,
con
ojos de ultratumba el labio mira
que
ayer fuera de miel ante sus ojos.
Qué luna
está menguando en tu mirada
para
verte leyendo, entre descartes,
los
hijos de una luna ya olvidada.
Seguro
te has buscado entre mis artes
y allí
donde jamás hallaste nada,
hoy quieres
ver tu rostro en todas partes.
TADEO