PITONISA

PITONISA

De luz, de claridad, de blanco anhelo

creyeron estos ojos, en su prisa,

la llama de la mágica sonrisa

que alumbra mi pecado y mi desvelo.

Ni el negro de sus ojos, de su pelo,

me hicieron sospechar, ni ver que en misa

mojaba con su lágrima imprecisa

la dulce palidez de mi pañuelo.

Su llanto era señal, era señuelo,

la fiel demostración de la remisa

astucia de aprendiz de Maquiavelo.

Su bola de cristal, que tanta risa

provoca, me embrujó, y la pitonisa

en su infierno de amor me ha dado el cielo.

TADEO

EN EL ANDÉN

EN EL ANDÉN

Es tarde en el andén, el aire viene

preñado de las luces del ocaso

y el tren, con varias horas de retraso,

anuncia su presencia y se detiene.

La carga pasajera que contiene

se lanza en estampida, se abre paso,

y el tiempo se hace eterno o se hace escaso

pidiendo al corazón que se refrene.

Unas manos, un rostro, una sonrisa

despejan el temor, el dulce enojo,

y mi nombre meciéndose en la brisa

invita a suspirar, y en un manojo

de nervios, vi fundirse mi camisa

contra la diosa del vestido rojo.

TADEO

NO SABE DIOS

NO SABE DIOS

No sabe Dios ni su inferior lo sabe.

Ni tú, ni nadie alrededor del mundo

miró del rostro, en su perfil profundo,

sus ojos levitando como un ave.

Aquél que su futuro puso en grave

peligro por mirarla, en un segundo,

salió petrificado de lo inmundo

pidiendo por favor, que todo acabe.

Por qué, diablos, no vuelo cuando escalas

mi cuerpo como un túmulo sagrado

si la vida es un bien que no regalas.

Qué me fuerza a morir en sumo grado

mirándote avivar tus negras alas

si amarte es un suicidio, es un pecado.

TADEO

MIRANDO AL CIELO

MIRANDO AL CIELO

Siempre quise saber, mirando al cielo,

en esas noches de quietud gemela,

si persiste el hechizo de la abuela

en su celeste corazón de hielo.

Qué sueño hace posible su desvelo

difunto, en su inquietante duermevela,

si sufre algún dolor, si la consuela

abrazarse a la sombra del abuelo.

Si la estrella que miro en el poniente

y que tiembla al compás de nuestra cita

es algo de su esencia o de su mente,

si el niño que saluda, que se excita

atento al resplandor, es un demente

que en noches de llorar la resucita.

TADEO

CORRES PELIGRO

CORRES PELIGRO

Corres peligro aunque morir me veas

aunque sientas agónico el latido

de un roto corazón que ha preferido

dejar de hacer con sangre las mareas.

Ni de Ulises la suerte, ni de Eneas

tendrás para escapar del que vencido

parece por su rostro demolido

quebrada la estación de las ideas.

Muriendo vive quien amores mata

y aunque larga es tu suerte y tu fortuna

la sombra de la muerte te delata.

Su guadaña eficaz, inoportuna,

ya ha encontrado, en tu cuerpo, candidata

y te va a condenar sin duda alguna.

TADEO

QUIÉN PUDIERA

QUIEN PUDIERA

Quién pudiera escapar de su futuro

remontando del tiempo la escalera

y hacer del porvenir, a mi manera,

un reino más humano y más seguro.

Quién pudiera cruzar al lado oscuro

y ver como en los sueños, placentera,

la vida transcurriendo toda entera

para hacerla feliz con un conjuro.

Quién pudiera, Dios mío, quién pudiera

librarse de la hambruna, del pan duro

con que el mundo alimenta al que no espera

otra cosa mejor que el aire impuro

de esta celda interior, del triste muro

que amordaza mi fe como a una fiera.

TADEO

COMIENZA POR MORIR

COMIENZA POR MORIR

Comienza por morir, después implora

seguir con el ritual a tu manera,

y si quieres vengarte y que me muera

me lo dices después, mas muere ahora.

Permite que mi esencia redentora

se pierda en las estancias de tu hoguera

y corra por tu piel sin que la espera

se vuelva criminal por la demora.

Brindemos, y a merced del dulce vino

los rostros olvidemos de la gente,

juntemos tu destino y mi destino

con un salto mortal, o un accidente,

que me ayude a sentirme un asesino,

tan falto de maldad, tan inocente.

TADEO

ELÍXIR DE LA ETERNA JUVENTUD

ELÍXIR DE LA ETERNA JUVENTUD

Elíxir de la eterna juventud,

tu beso alado, tu sonrisa al viento,

la dulce encrucijada de tu aliento

robándole a mis labios su quietud.

Tu boca asusta, es nieve, es un alud

enérgico, rayando en lo violento,

me muerde cuando callo, o cuando ostento

remilgos de pureza o de virtud.

Es la más diminuta longitud

entre dos puntos, y el mejor invento

de una vida gozada en plenitud.

Y si ves que a tu boca voy hambriento

no es por celos, ni pienses que te miento,

es sólo por curarnos en salud.

TADEO

ESTACIÓN SIN LUZ

ESTACIÓN SIN LUZ

En la estación sin luz, de las paredes

pintadas con la savia del hastío,

la noche se ha llenado de vacío

lanzando sobre mí sus negras redes.

He quedado a merced de sus mercedes,

los hados en constante vocerío,

gritando cada cual a su albedrío

ahora puedes dormir, ahora no puedes.

El rostro demudado, vacilante,

como el que en brazos del morir se hospeda

la vida ve pasar en un instante.

Envuelto en densa nube, en humareda,

al cielo se dirige el alma errante,

el cuerpo en la estación tendido queda.

TADEO

CORAZÓN SIN DUEÑO

CORAZÓN SIN DUEÑO

Sobre la selva que en mitad, me crece,

del pecho, intacta la región del sueño,

la luna encuentra un corazón sin dueño

llorando cuando el sol desaparece.

Lo observa a contraluz, mientras le ofrece

un quiño luminoso y halagüeño,

sin dejar de mirar, en el empeño

de saber en su cuerpo qué se cuece.

Movida por su dios, o por su brujo,

lo envuelve con su cósmica energía

ardiendo de placer, y es todo un lujo

mirar al que la noche maldecía

en sombras, pues la luna lo redujo

a cenizas de amor en rebeldía.

TADEO

EVA

EVA

Eras tú la mujer de la sonrisa

que estiraba, pletórica, la mano

de gozo, sobre el cuerpo del manzano

sin ropas, sin recuerdos y sin prisa.

Eras tú la de frutos, por la brisa

mordidos, al principio de lo humano,

la que puso en su vientre el primer grano

y ante el mal, la primera en ser sumisa.

Mal acaba, a su tiempo, lo que empieza

de manera fatal, y sin embargo,

pasaste de costilla a ser la pieza

mejor que Adán pidiera por encargo

a Dios, y eres la flor de la belleza

y dulce bendición de un mundo amargo.

TADEO

SUEÑOS Y MAGIA

SUEÑOS Y MAGIA

Los sueños van de mi cabeza al cielo.

y montado me voy sobre la cola

de un cometa que pasa con la sola

intención de servirme de consuelo.

Da vértigo crecer en pleno vuelo,

pero inmensa y brutal, con pie de ola,

está, como dormida caracola,

la ilusión, amueblando mi desvelo.

Guardado está en mi mente mi tesoro

antorchas del misterio, lumbre viva,

diamantes de un pasado que ahora añoro,

para darle de forma equitativa

sueños y magia a la estación del lloro

donde se encuentra mi niñez cautiva.

TADEO

EMBRIAGUEZ

EMBRIAGUEZ

Mi corazón flotaba sobre el vino

pero algo dulce en mi interior latía,

tinto, rosado, a mi embriaguez le urgía

un alto en la conciencia del camino.

No fue culpa de Dios, ni del destino,

la puerta que da al mundo no se abría,

y todo, hasta la luna, parecía

beber en conjunción con lo divino.

Como el mármol que duerme en las canteras

pesado se hizo el viento, y de repente

borracho fui a parar a las esferas

de un cuerpo lujurioso, transparente,

y aunque trato de echarlo de mi mente

se aferra a mi ilusión de mil maneras.

TADEO